Durante algunos años, con ligeras modificaciones, mi propósito de vida ha sido el de “Contribuir en la alegría y despertar de consciencia en la vida de al menos una persona al día.” Cabe destacar que me siento exitoso en ello, más en este pasado año 2018 y este artículo pretende contribuir al despertar de consciencia de todos, especialmente los venezolanos, estén donde estén. El nuevo año viene cargado de retos, en especial con las situaciones de entorno conflictivo en el lugar en el que resido. Venezuela se ha transformado en un lugar oscuro que requiere de mucho entusiasmo para poder generar un cambio importante que favorezca la vida de quienes somos oriundos de este lugar.

¿Cómo transmitir y mantener la alegría y el entusiasmo cuando el entorno se rediseña constantemente para mantener la zozobra y la desesperanza?

Este no es un ejercicio convencional de mejoramiento personal, es un bootcamp de trabajo permanente y disciplinado que lejos de mantenerme en armonía, pareciera empujarme constantemente al fortalecimiento del carácter a través del enfrentamiento a situaciones adversas cada vez más complejas, en las cuales es sencillo confundir el conformismo con la adaptación asertiva, es decir, siendo y actuando diferente a quienes te rodean.

Ser diferente requiere valentía y mucho coraje.

No botar basura en la calles, respetar las señales de tránsito, ceder el paso, evitar la comodidad de estacionarme a la puerta del local al que voy a expensas de la incomodidad de otros, son algunas de las maneras de ser diferente en un lugar en el que el respeto por las normas de convivencia y las personas pareciera haber desaparecido de la educación de hogar.

La invitación de hoy: Hazte el firme propósito de ser un mejor venezolano, estés donde estés, dedícate a realzar tus valores de respeto, asertividad, integridad, dignidad, esos que te hacen ser el mejor. Solo así podremos iluminar la oscuridad que nos acecha en cada lugar al que vamos en esta hermosa patria.

Todo lo mejor para ti.-