
Vaya, la verdad es que no lo se y de haber alguien totalmente despierto, o está escondido esperando a que lleguemos al número o simplemente ya está fuera del maya ilusorio. Pero esto son suposiciones por desconocimiento porque la verdad es que no tengo manera de saberlo. Lo que si conozco de primera mano es que hay muchos en el proceso de despertar, unos un poco más adelantados y otros que apenas comienzan.
Despertar es un proceso largo, especialmente cuando se tiene mucho tiempo durmiendo.
Como siempre y como todo lo relacionado con el desarrollo del SER, esto de despertar es un proceso en el que la constancia y la disciplina juegan y rol preponderante. Esto es así debido a la práctica que necesitamos llevar a cabo para poder reestablecer conexiones perdidas o mejor dicho, olvidadas en el tiempo que nos hemos mantenido dentro de la ilusión de nuestras experiencias de vida, haya sido por gusto o necesidad.
Algunos han venido a este plano, el de las emociones, a reparar sus esencias, otros, pues están aquí terminando esta fase del ciclo evolutivo. Los primeros recuerdan, los segundos aprenden.
Pero ya sea que estés en el grupo de los que recuerdan o en el de los que vienen aprendiendo, es necesario que inicies tu proceso de despertar de manera consciente, es decir que te des cuenta que ya estás en el proceso, ya que el ciclo avanza, lo sepas o no. El problema de no saber o no querer saber, es que te puede pasar como cuando estas en la playa y una ola te agarra desprevenido, en el mejor de los casos, terminas revolcado y lleno de arena en la orilla.
Resistirse o negarse carece de sentido.
Como siempre, cuando nos resistimos a los procesos de crecimiento, entonces generamos incomodidades y creamos espacios de dolor, sufrimiento y agobio que terminan por dañar nuestra salud y demoran lo que de por sí, es inevitable. Todos estamos evolucionando.
La invitación de hoy: Despierta, es el momento.
Todo lo mejor para ti.-
Bilko Castro Arias