
Identificar nuestro camino, así como nuestra verdadera personalidad y esas cosas que nos frenan en el camino de la evolución, es un trabajo detectivesco que requiere de mucha atención a los detalles. Un ejercicio de auto-observación exhaustivo y continuado que demanda grandes cantidades de energía y a la vez, por falta de práctica, nos hace invertir mucho tiempo.
Comenzar un trabajo de investigación como este, tiene dos complicaciones importantes, la primera es saber por donde comenzar y la segunda, enfrentar los miedos internos que nos alejan del trabajo interior.
El comienzo es por el principio y esto consisten en “querer”, lo demás va, aunque no lo creas, apareciendo en la medida que avanzas. Aunque esto facilita el camino, a veces solemos pensar que hemos terminado o que estamos cerca de finalizar, pero lo cierto es que, en este trabajo, lamentablemente nunca terminamos, al menos mientras estemos en el maya ilusorio. Sobre los miedos, pues no tengo mucho que decir al respecto ya que, estos se manifiestan de infinitas formas. Nos distraen del trabajo, hacen que nuestra mente divague y hasta nos hacen creer que no es necesario continuar o que hemos terminado. Parte del trabajo.
Pero también se vale descansar.
Si, es un trabajo intenso, uno en el que no paramos de crecer y aprender, pero también podemos descansar. Para algunos, lograr equivale al descanso, pero hay quienes no creen o no están acostumbrados y como mencioné anteriormente, este es un trabajo verdaderamente agotador. Si este es el caso, pues haz lo que consideres para el descanso, pero te advierto, una ves que inicias, es complicado detenerte y esto es porque los logros te van nutriendo, inspirando e impulsando a lograr más.
La invitación de hoy: Si no has comenzado, comienza, si ya estás en el camino, no te detengas, si estás descansando, pues retoma el camino, en la recta final no es conveniente dormirse.
Todo lo mejor para ti.-
Bilko Castro Arias
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Cierto. Gracias