Lección 2 – Sanar a los demás ¿En serio?

Enviar luz a otros para que mejoren

Leccion 2 - Sanar a otros
Sanar a otros requiere de mucho conocimiento y por encima de todo, sabiduría

En la vida hay muchas personas, repletas de buenas intenciones, con verdaderos deseos de ayudar a los demás, aunque a veces no se manifiesten más allá de ellas. De cualquier manera, es importante entender que para sanar a otros hay que tener en consideración dos elementos importantes, el primero es que la otra parte desee ser sanada y el segundo, hay que saber qué es lo que se desea sanar y también el cómo hacerlo.

Se puede enviar luz o energía a otras personas para que se sanen de alguna enfermedad, mejoren su situación economía, su vida afectiva, y demás.

Aunque la mayoría de estos ejercicios parecen más a una forma de manipulación que a una verdadera ayuda espiritual. Comencemos por el principio, si se desea ayudar a otro, hay que asegurarse que la persona beneficiaria lo desee, lo pida y/o lo necesite. Si alguno de estos elementos no está, tenemos que trabajar con lo que estamos percibiendo, ya que entonces, problema es nuestro, algo personal que nos atañe a nosotros mismos y no a la persona que está sufriendo. En segunda instancia, es importante, aunque no seamos especialistas en la materia, que conozcamos el cuerpo humano (en el caso en el que se desee contribuir con la sanación física de alguien), ya que es más efectivo y enfocamos la energía, por ejemplo, si alguien tiene problemas de azúcar, conocer el páncreas y el sistema endocrino, es algo de gran utilidad.

En la mayoría de los casos, las situaciones problemáticas, sólo momentos de aprendizaje que está viviendo un individuo; estos, son necesarios y muy útiles para el despertar de su conciencia. No hay manera de conocer desde afuera la importancia que tiene para cada persona la situación que está atravesando en determinado momento.

Podemos percibir esa situación como algo terrible, doloroso, injusto o innecesario, pero cualquiera sea nuestra interpretación nunca será correcta ni completa.

El enviar la luz a la persona puede tener consecuencias contrarias a las de nuestra intención, podría acelerar o en el peor de los casos, entorpecer su proceso personal. Nuestra intervención es innecesaria y, la mayoría de las veces, no es más que un deseo egoísta de que la persona resuelva rápido su problema porque éste nos despierta angustia o dolor.

Hace un tiempo, se acercó un amigo íntimo a decirme que estaba muy preocupado por mi situación. Yo le respondí que su preocupación no me ayudaba que, si realmente quería hacer algo bueno por mí, tenía que confiar en mí y saber que mi Guía Interior me revelaría en el momento adecuado lo que yo necesitaba hacer.

La invitación de hoy: En lugar de enviar luz a otros cada vez que veas una situación difícil, comienza por enviarte luz a ti mismo para que tu Guía Interior te haga ver la Verdad que está operando en dicha situación.

Todo lo mejor para ti.-

Bilko Castro Arias

QAnon

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