
Muchos de nosotros nos vemos embargado por la necesidad de inmediatez, quizás se deba a las facilidades de esta nueva era, digamos que desde finales de los 80’s y principios de los 90’s del siglo pasado, la tecnología nos ha ido acortando el tiempo de espera entre la ejecución y los resultados. Presionando un botón ya nos conectamos con alguien, incluso el hermoso y tradicional sistema de comunicación llamado correspondencia, en el que solíamos enviar una carta a alguien en otro país y demoraba (para la época) unos 15 o 20 días en llegar a destino y la respuesta podía demorar un tiempo similar y posiblemente jamás nos enteraríamos si no quería respondernos.
Hoy en día, de manera inmediata sabemos si nos quieren responder un mensaje o no.
Tal vez intervengan más factores, eso es seguro, pero la sensación de haber perdido el trabajo por obtener resultados inmediatos o en la medida de sus propias expectativas, es una nueva creencia que nos mantiene al borde del estrés y no menos complejo, niveles muy altos de auto exigencia, que lejos de restarnos a mejorar, nos presionan innecesariamente, provocando frustración y al mismo tiempo, mucha ansiedad. Lo que irremediablemente nos aleja del presente.
No hay tal cosa como trabajo perdido.
Puede que hayas invertido el tiempo en algo en lo que no estabas lo suficientemente comprometido (desde el punto de tu vibración) o que los factores no estén alineados para que logres lo que te propusiste. En todo caso, si el resultado no es el esperado siempre y por trillado que te parezca, queda la o las lecciones.
“No hay manera que comiences a pegar ladrillos y no termines construyendo una pared”
Así solía decirnos nuestro instructor CEK, H. Cedeño, cuando en las clases mostrábamos algo de frustración por lo complicado de alguna práctica en particular. Hecho que he comprobado personalmente, no por haber estado pegando ladrillos propiamente hablando, sino en la práctica consistente de estudios que requieren, no solo interés, sino disciplina, la música. Al principio, logré apaciguar mis ansias de inmediatez con aprendizaje rápido y divertido. Pero esto me costó un aprendizaje pobre y con algunas deficiencias técnicas.
Al final, de la prisa el cansancio y una alta probabilidad de cometer errores.
Pero esto es inevitable, aunque la mayoría de las veces, la comprensión aparece luego de muchos intentos de lograr la inmediatez de resultados. Los cuales terminan por aparecer luego de algunos intentos, casi siempre fallidos.
La invitación de hoy: Mantente sobre la pista, si estás cansado, descansa, pero no te rindas. Recuerda, no hay trabajo perdido.
Todo lo mejor para ti.-
Bilko Castro Arias
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No está perdido…
[…] ¿Trabajo perdido? — CONEXIÓN PERMANENTE. […]