
Estar en el presente es cuestión de atención, sobre todo de lo que ocurre en nosotros mismos, a través de lo que ocurre a nuestro alrededor. Lo más complejo de esta práctica está en dos elementos, uno, sobre el que he escrito en diversas oportunidades, “la Disciplina” y el segundo, la concentración necesaria para prestar atención a los detalles, especialmente los más pequeños.
Desde percibir el roce de la lengua en el paladar, hasta escuchar el sonido más quedo que puedas percibir.
A continuación, te dejo algunas cosas que podemos practicar para traer nuestra atención al presente sin necesidad de sentarnos a meditar:
- Al cepillar los dientes, puedes activar en el presente los 5 sentidos al mismo tiempo. La visión al mirarte al espejo, el olfato y el gusto por el olor y sabor de la crema dental, el tacto al percibir las cerdas del cepillo rozar tus encías y tus dientes y por último, la audición al escuchar el sonido del cepillado.
- Activar tu olfato, cerrando los ojos y olfatear algo que sea de tu agrado. Una fruta, el olor de alguna crema o perfume. Mientas percibes los aromas, enfócate en las cualidades más que en lo que te hace sentir. No razones, solo describe lo que estás percibiendo.
- Utiliza la flama de una vela, obsérvala por períodos cortos hasta que te des cuenta que lo único que hay en tu mente, es el movimiento de la flama.
- Roza tu paladar con la lengua, esto generará algo de cosquillas que traerán tu atención al momento presente.
Como ves, son acciones sencillas que te permitirán ubicarte e el presente y facilitar la conexión con tu divinidad a través de la intuición y, si estás listo, quizás puedas hasta escucharle directamente.
La invitación de hoy: Utiliza cualquier de las técnicas, especialmente cuando te des cuenta que estás atrapado en la emocionalidad. Apreciarás como sobreviene la calma y las soluciones.
Todo lo mejor para ti.-
Bilko Castro Arias