
Ayer comentaba sobre mis inicios en el estudio de la música, esto fue supremamente divertido. Siempre me ha gustado la guitarra, particularmente la guitarra clásica. Esto implica que es menester estudiar las teorías de la materia, pero el ansia de tocar me ganó y comencé el estudio musical de forma atropellada, eso sí, divertida y ligera. Logré aprender muchas cosas, el detalle está, en que no sabía cuan serio era mi gusto por la música.
Muchas veces no somos capaces de identificar o comprender nuestros propios gustos.
No sé si te ha ocurrido algo así, pero la verdad es que, eso de aprender de forma rápida está bien, pero resultó ser que, en el camino, las ganas de saber más y los consecuentes reproches por no haber comenzado antes, fueron cobrando más y más fuerza en la medida que, mi frustración crecía por no avanzar a la velocidad deseada, al punto de llegar a pensar que, la razón por la que no había iniciado antes, estaba más que sustentada y soportada por la falta de talento.
Comenzamos a justificarnos, dándole fuerza a nuestras limitaciones.
Luego de algunos cambios y de haberme alejado un poco para (por motivos circunstanciales), retomé los estudios, pero esta vez con un guía de mayor nivel, de forma un poco más seria y definitivamente, más disciplinada y comprometida que los primeros pasos. Será suficiente con decir que, en el poco tiempo, con la guía adecuada, encontré lo que había estado buscando. Nada más y nada menos, que mi propio talento musical. Ahí estaba, esperando a ser descubierto, no por algún caza talentos, sino por mí mismo.
A veces, no es falta de talento, es falta de encontrar la guía adecuada para desarrollar las capacidades.
Una adecuada conducción nos evitará aprendizajes viciados, con errores que pueden, a la larga, llevarnos a reprocesar la información al tener que desacostumbrarnos a viejas maneras y aprender nuevas.
Se consciente que, en lo referente a técnicas y maneras de hacer las cosas, no existe nada parecido a eso de “Desaprender”, eso es técnicamente imposible y poco probable que ocurra. La razón es que la mente humana es una grabadora extraordinaria y no borra lo que has aprendido, lo deja guardado, no importa si funciona bien o no, está allí y es a través del trabajo y la practica que puedes evitar su aparición.
La invitación de hoy: Identifica eso que te gusta y en lo que sientes no logras avanzar al ritmo que deseas o mejor aún, aquello que siempre has querido hacer y lo has postergado por sentir que no tienes lo que se necesita para alcanzarlo. Luego, repasa las formas en la que te has hecho de la información sobre las técnicas y maneras de hacerlo. Te darás cuenta que, posiblemente hayas aprendido de manera inadecuada, por lo que te corresponderá buscar un nuevo guía.
Todo lo mejor para ti.-
Bilko Castro Arias