
Por paradójico que se nos presente esta situación, el solo plantearnos el hecho que, estamos viviendo en una realidad que no es real, confronta directamente a nuestro sistema de creencia conformado, principalmente, por los aprendizajes y experiencias vividas durante los primeros 21 años de vida. Si todavía no llegas a esa edad, entonces, sabe que estás en el proceso de formación y por fortuna, esta información de consciencia, esta llegando en el mejor momento.
El malla ilusorio está al servicio de nuestros divinos SERES.
El fin único de esta distorsión de la realidad real, es que aprendamos de nuestras emociones. No solo que conozcamos, sino que seamos capaces de utilizar esas poderosas energías que nos ponen en acción, así sea para no hacer nada. Y digo esto porque si bien hay emociones que nos impulsan, como la alegría, el miedo (dependiendo de su intensidad) o la rabia, también está la tristeza que nos hace ir más despacio.
El malla ilusorio distorsiona nuestra visión de nosotros mismos.
No se trata de la distorsión del árbol que está al frente de mi casa o del cielo que observo a diario, se trata de una percepción distorsionada de quienes somos en realidad y de las capacidades que ya poseemos. Es allí donde el malla ilusorio funciona como un lente y nos hace ver la realidad real, pero con defectos y limitaciones.
La meta es salir de la ilusión para poder apreciar la realidad real.
Y para ello es necesario que aprendas a vivir en el presente. Por reiterativo que te parezca, es la tarea de este tiempo. Dejar las cargas, superar la emocionalidad, la cual, dicho sea de paso, ya ha cumplido su misión y, avanzar hacia el próximo nivel de consciencia.
La invitación de hoy: Ubícate en el presente, supera la emocionalidad y descubre quién eres realmente.
Todo lo mejor para ti.-
Bilko Castro Arias
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Buen consejo. Gracias