Que, si la llama del sol central de la galaxia o la alineación de los planetas, quizás sea la luna azul o ese evento cósmico que ocurre cada ocho mil años y que tendremos la fortuna de ver solo por breves instantes. Lo cierto es que, las redes sociales y cualquier mecanismo de comunicación se convierten en una plataforma de transmisión de información que abarca a enormes cantidades de personas, generando, quien sabe si adrede, desinformación y confusión entre los receptores.

La cantidad de información, tanto cierta como falsa, es abrumadora.

Y si esto lo complementamos con la velocidad a la que esta se transmite, entonces tendremos los ingredientes perfectos para la aparición del caos colectivo, ese que nos lleva, en muchos casos, al miedo convertido en paranoias. En este caso particular no me refiero a las individualidades, sino al ser humano como parte de un organismo más grande, la sociedad.

El individuo se comporta de una manera, acorde a sus valores y creencias, pero el colectivo es totalmente impredecible, sin importar cuan consciente sean los individuos que la conforman.

Ciertamente hay quienes han aprendido a gestionar altos niveles de información y que, pueden mantener su paz interior a pesar de las noticias y mensajes, pero cuando estos individuos conscientes, se encuentran dentro de un colectivo donde la mayoría están dormidos, entonces la historia cambia, tornándose un poco menos amable y con desenlaces inciertos.

El fortalecimiento y el enfoque en una línea de pensamientos, contribuyen a la expansión de nuestra consciencia.

La invitación de hoy: Hazte consciente de tu actitud hacia la información y la forma en como la gestionas, de ello dependerá el que puedas mantenerte en el presente.

Todo lo mejor para ti.-

Bilko Castro Arias

QAnon