A veces dudo que el silencio exista, es decir, que podamos estar en absoluto silencio para descansar del ruido que nos invade de manera permanente. No me refiero a los sonidos naturales del mundo, sino aquellos que hemos ido creando con el poder de la tecnología y que hemos colocado a nuestro servicio es así, ¿verdad?

Cuando logramos estar en el máximo silencio que podemos estar, nuestra mente comienza su habitual bullicio.

Y es por esta razón que dudo que el silencio exista, ya que, al lograrlo, nuestra mente comienza a llenar ese espacio con abrumadoras cantidades de pensamientos que logran atormentarnos si lo permitimos. El pasado, el futuro, pero jamás el presente ya que allí pierde el control. Pero este bullicio solo puede acabarse desde adentro, no existe aislamiento que lo acalle.

El verdadero silencio se encuentra en el presente.

Pero lograrlo es una tarea complicada (bueno siempre lo es), ya que requiere, como bien he expuesto de forma extensa y amplia a lo largo de este año, de mucho enfoque y trabajo interior, un trabajo de fortalecimiento, una especie de entrenamiento mental y espiritual, pleno de tareas de consciencia y autoconocimiento.

La invitación de hoy: Ubícate e el presente, una vez que superes el bullicio mental, comenzarás a saber que hacer de manera intuitiva.

Todo lo mejor para ti.-

Bilko Castro Arias