Vivir permanentemente en positivo es algo bastante complicado de lograr, en el intento, quienes predican la actitud positiva desde un espacio con bases débiles, suelen caer regularmente en contradicción con su prédica, lo que, en algún momento les pasa la factura haciéndoles caer en su más baja humanidad, es decir, en contacto directo con sus emociones alteradas al máximo.

Es menester fortalecer las bases, tanto con conocimiento como con práctica.

¿Qué sucede cuando lo hemos probado todo y continuamos atascados en la cotidianidad? Aparecen la rabia y la frustración, ambas, emociones alteradas que alimentan los pensamientos de reproche por lo que hemos hecho o en el peor de los casos, por lo que hemos dejado de hacer. Entonces, toda la predica de vivir en positivo, se revierte, convirtiéndose en objeto de nuestros más duros reproches.

Si, es más común de lo que pudieras o quisieras creer. Son los momentos en los que nuestra mente toma el control y nos saca de la jugada.

No se trata de evitar o combatir esos momentos aciagos, todo lo contrario, corresponde fluir y permitir a la emocionalidad alterada que siga su camino y desaparezca al no darle la atención que reclama, la cual, dicho sea de paso, nos mantendrá sujetos al momento en que generó dicha emocionalidad, es decir, al pasado.

La invitación de hoy: No importa cuanto trabajo de crecimiento espiritual o personal hayas realizado, comprende que este nunca es suficiente y por ello, es necesario mantenernos centrados a fin de permitir que las emociones alteradas fluyan.

Todo lo mejor para ti.-

Bilko Castro Arias