
El camino de expansión de consciencia, irremediablemente termina cuando alcanzamos la iluminación. Así como lo lees, todos estamos para alcanzarla, por más que nos esforcemos en decir que no tenemos ese llamado. Al final del día, todos estamos evolucionando y en algún momento nos tocará.
La iluminación es un proceso gradual.
No nos iluminamos de un momento a otro, esta se logra paulatina y progresivamente, cada paso que damos nos acerca a la conexión con nuestra divinidad. Es así como Siddhartha el Buda, pasó 26 años en meditación y Jesús de Nazareth, 33 años ante de iniciar su vida pública, en la cual fue avanzando hasta nuestros días. Qué, ¿crees que no continuó evolucionando? Piénsalo de nuevo.
Cada paso, cada acción nos aproxima a nuestra iluminación.
A cada quien el nivel que le corresponde. Si bien muchos no estamos para obrar maravillas como las realizadas por Jesús de Nazareth o alguno de los santos, bien podemos obrar las propias y a nuestro nivel.
La invitación de hoy: Mantente sobre la pista, no te distraigas y persigue tu iluminación, un día a la vez.
Todo lo mejor para ti.-
Bilko Castro Arias