¿Acaso todo ese rollo de consciencia y amor propio generado por los confinamientos, fue solo un momento de depresión?

Hace años, en una formación de Hellinger Ciencia, escuche una frase que me impactó profundamente, no solo por el significado en sí, sino por lo arraigado que está en las personas, tanto que no nos damos cuenta.

La frase fue «Para las personas, es más fácil sufrir que ser felices…»

Y creo que eso es lo que nos está ocurriendo como sociedad. No se trata de que hayamos estado confinados por meses y eso causara una suerte de síndrome de abstinencia por no poder salir de fiestas, se trata de que no teníamos a quien culpar, no había agite ni estrés, es como estuviéramos padeciendo de un despertar, similar a la que tienen aquellos que, en su afán de paz, acuden a los centros de ayuda para drogadictos. Si, entiendo que el término te parezca un poco fuerte, pero al final se trata de una adicción,

Basta con que niegues el hecho de ser adicto a los conflictos, para saber que estás metido en un verdadero problema.

Ahora en serio, ¿Qué ocurrió con todo ese despertar de consciencia, ese «Wake up Call» del que tanto se alardeó durante los largos días de confinamiento? Acaso se trató de un efecto efervescente, el cual solo ha sido aprovechado por algunos pocos, muy pocos, aunque eso también es normal.

Lo que he podido ver y apreciar en mi día a día, es que no fue más que eso, una campanada que todo el mundo escuchó pero que, en el fondo, pocos entendieron.

Es lamentable, porque no estamos para perder más tiempo, no estamos para regresar a la cama luego de haber despertado. Si, a veces da flojera seguir luego de levantarnos, pero en esta oportunidad hay que hacer un esfuerzo significativo para no dejarnos arrastrar por los hábitos del mundo pre-covid.

La invitación de hoy: No recaigas en las viejas rutinas, el mundo no se va a acabar hasta que tu lo decidas, así que desacelera y comienza a reconectar con las cosas verdaderamente importantes.

Todo lo mejor para ti.-

Bilko Castro Arias