
Partamos de un principio en el que “lo bueno y lo malo” son solo una manera de pensar en la que existen únicamente dos aspectos de la vida sobre los cuales evaluamos nuestras situaciones y experiencias. Pero ¿Qué ocurre si nada es bueno ni tampoco malo? ¿Cómo queda nuestra manera de pensar? ¿Dónde recae la responsabilidad o la culpa de lo que no sale como queremos?
Ocurre que nuestro mu Sigue leyendo
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