
No hay manera en que mintamos cuando sentimos interés por algo que verdaderamente atrapa nuestra atención, nuestro ser completo grita lo que en verdad quiere y eso es una realidad que, aunque insistimos muchas veces en ignorar, siempre nos gana la partida delatándonos. Nuestras palabras guiadas por el pensamiento, van en una dirección y nuestro cuerpo grita hacia otra, lamentablemente la razón nunca tiene sentido, no es más que los egos queriendo protegernos de lo inevitable.
Puedes decirle a alguien que no te gusta, pero tu mirada suele delatarte o insistir en que amas tu trabajo y de pronto comienzan a aparecer alergias o enfermedades frecuentes. Así sucesivamente van apareciendo en tu vida elementos que te acercan a lo que deseas y te alejan de lo eso que vives y no quieres. Ahora bien, ¿Qué tiene esto que ver con la cotidianidad? Nada más y nada menos que en los problemas, pues estos suelen aparecer cuando nos resistimos a seguir lo que nuestra espiritualidad nos recomienda a través de nuestro cuerpo, seguido muy de cerca por las emociones que van apareciendo en el camino.

- Si le estás pidiendo cosas a Dios y esperando a que te hable al oído, no lo descartes, pero mientras esperas, comienza a escucharte a ti mism@.
- Si quieres saber que piensan o sienten los demás, observa con atención el lenguaje no verbal. En esto las chicas son expertas.
- Si quieres saber qué es eso que verdaderamente quieres, observa TÚ lenguaje completo. En esto nadie sabe nada, es más nos ignoramos por completo.
- En esto de seguir al cuerpo hay mucho escrito en internet, pero al final del día, las respuestas son las que sentimos como verdaderas.
Reza el pasaje Primera carta del Aposto San Pablo a los Corintios 6,19 ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Dios vive en nosotros y es allí donde están todas las respuestas que tanto buscas. Si tu cuerpo habla, escúchalo, siempre tiene la razón.
Todo lo mejor para ti.-