
Cada persona con la que he entrado en contacto, ha dejado huella en mí de manera que ha contribuido a construir lo que soy hoy en día. Algunas han sido sueños maravillosos que no han dejado mucho, otras en cambio, pesadillas que formaron carácter y valores, construyendo así una mejor persona para el resto que estaba por venir.
Agradecer lo vivido, así lo califique como “malo”, es el principio para tener una vida plena al entender que no puedo borrar lo que sucedió sino, aprender de ello.
La invitación de hoy: Reconcíliate con esos momentos incómodos, rescata de ellos las lecciones que te enseñaron a ser mejor persona y evita caer en las generalizaciones del ego tales como; Todos son iguales, de ahora en adelante no confiaré en…, estaba mejor antes de que sucediera esto en mi vida, entre otras.
Todo lo mejor para ti.-