
Luego que detecto lo que me afecta, bien sea que tuve un momento de iluminación o que alguien cercano me apoyó a darme cuenta, comienzo la tarea de observarme en detenimiento. Las primeras veces me doy cuenta luego de mi reacción y me lamento por no haberla contenido, es en este punto cuando tuve la oportunidad de apreciar al detonante. Ya identificado, la siguiente vez, aunque no pude contener la explosión emocional, estuve alerta. Ya luego de varios intentos, es cuando vi la situación como un espectador y logré canalizar la energía hacia un mejor desenlace.
Observar con atención y sin juicio me ayuda a tener paciencia con mis procesos de crecimiento.
La invitación de hoy: Por estos días, dedica tiempo a identificar las emociones que suelen causarte situaciones de aprendizaje (problemas) que has repetido por largo tiempo. Una manera rápida de identificarlas lo hallas en los momentos en que respondes, aunque sea mentalmente, frases como: “Es que yo soy así”.
Todo lo mejor para ti.-