
Ya he venido dándome cuenta de mis reacciones emocionales, esas en las que pierdo el control y digo cosas que, 1. Me cuesta mucho revertir y 2. Lastiman a otros sin necesidad. Soy consciente de los momentos en los que estoy dispuesto a decirlas y logro contener y canalizar hacia eventos más armónicos con resultados más o menos favorable, pero hay ocasiones en las que la emoción me supera o me toma desprevenido y es cuando, a pesar de todo el trabajo, reacciono.
El trabajo espiritual de auto-reconocimiento toma tiempo y disciplina.
La invitación de hoy: No te auto-compadezcas porque hayas superado algunas situaciones y una, de repente, te saca de tus casillas. Permite a la emoción fluir, sácala de tu sistema con ejercicios, escribiendo, orando, conversando con alguien, sigue tu intuición y recuerda que Dios siempre está contigo. Una vez calmado, busca el aprendizaje sobre ti en todo el asunto.
Todo lo mejor para ti.-
De acuerdo, debemos ejercitar nuestra fe, las pruebas y dificultades nos confrontan y nos ayuden a crecer como persona
Así es Jasiel… Es la única y mejor manera de ver la vida, como una gran lección ocurriendo en cada evento.
Éxitos y bendiciones.
Bilko