La mezcla más peligrosa es la que se hace con las emociones. Combinar miedo con rabia, tristeza o frustración solo puede tener un resultado, la desesperanza. En el caso del entorno venezolano puede parecer algo auto-inducido, pero la verdad es que saberse marionetas de quienes tienen el control político, sean del color que sean, desanima a unos y enfurece a muchos. No se trata de trancar calles, generando caos y destrucción, tampoco de establecer diálogos, algo totalmente imposible cuando las negociaciones están, a conveniencia, planteadas en posiciones en lugar de principios, se trata de solucionar una realidad problemática la que al final, a los ojos de los ciudadanos comunes, no ofrece salidas y mucho menos, beneficios.
¿Qué hacer ante una situación así?
Corresponde encontrar el centro y la manera de permanecer en el momento presente viviendo lo que es real. Si decidiste vivir dentro del conflicto, pues será el conflicto un día a la vez, si no estás ni cerca de él, entonces corresponde mirar tu momento y centrar la atención en lo que desarrollas en lugar de lo que sucede en el entorno. Si no estás haciendo nada, entonces ocupa tu mente en algo productivo.
La invitación de hoy: Centra tu atención en lo que realizas, a cada instante, es la mejor manera de crear consciencia del presente y sobre la manera en tus acciones afectan tu realidad.
Fuerza Venezuela.
Todo lo mejor para ti.-