
Cuando me doy cuenta que soy un mar de cuestionamientos a lo que es, bien sea porque recibí la iluminación o porque alguien encendió la luz del cuarto y decidí escucharle, entonces aparece en mi un nivel de consciencia, un escalón justo frente al camino que debo seguir y junto al que me mantiene donde estoy, quejándome y sin avanzar.
Mientras no sea consciente, la queja aparecerá como un reflejo, un lamento de dolor por lo que no es como yo quiero y esto me impedirá ver como construyo una realidad que digo no desear.
La queja en sí misma es solo una expresión de dolor o de pena/pesar generada como un reflejo ante un estímulo externo, que bien nos ocasiona un daño físico o la más común, porque las cosas no suceden como yo espero o quiero que sucedan.
La invitación de hoy: Si crees que no te quejas, solo presta atención al entorno, normalmente quienes te rodean se quejan igual que tu (por eso no te das cuenta), te comienzas a sentir alejado de algunos seres queridos o en el mejor de los casos, alguien te lo dice. Solo préstale atención a las señales, deja la queja y comienza a construir con lo que tienes.
Todo lo mejor para ti.-