
Una vez definido tu propósito, es importante que determines que decisiones has de tomar en función del cumplimiento del mismo, de manera disciplinada y consistente, es decir, que tu propósito lo puedas realizar a diario de ser posible. Por ejemplo, un propósito puede ser “Alegrar la vida de las personas que me rodean”, Para ello puedes llevar a cabo muchas acciones que contagien alegría, que hagan sonreír a quienes te acompañan en este camino, entonces, si logras hacer eso a diario, estarás actuando permanentemente hacia tu crecimiento.
La acción continua y disciplinada es la que transformará tu entorno.
Enunciar tus valores y propósito de vida es un paso importante que te pondrá en la pista para el desarrollo, pero es tu actuación, en concordancia con lo que recién acabas de definir, lo que te hará un agente de transformación, en lugar de una víctima del cambio.
La invitación de hoy: Ponte en acción, manteniendo la integridad entre pensamientos, palabras y acciones.
Todo lo mejor para ti.-