Bueno, ha sido toda una experiencia.

En el artículo del pasado 12 de septiembre comenté que ese día soltaba todo y cuando me decía todo, me refería a todo. En verdad tendrías que leer el artículo para entender el tema de la renuncia, pero igual te cuento, me refería a todo aquello que me genera estrés y preocupación, culpa y sensaciones de auto-castigo y no merecimiento, todo pensamiento limitante y que, por su naturaleza, no generará paz. Renunciar a estos pensamientos tiene como resultado una vida en el presente, momento en el que puedo estar en conexión permanente con mi divinidad y, en consecuencia, en paz.

En verdad no ha sido fácil, pero la carrera es de resistencia, no de velocidad.

Lo cierto es que estar con Dios es muy agradable, pero pareciera, que estar con los egos es mejor. Al meno así lo he vivido. Los hábitos (malos o buenos) son terriblemente castigadores, sobre todo cuando son los que he aprendido de pequeño. Si bien en estos 5 días, he logrado mantenerme en sintonía gran parte del tiempo, también es cierto que, los egos han hecho lo suyo al tratar de sacarme de centro, valga decir que con cierto grado de éxito. Lo sé, porque ha habido momentos de rabia y disgusto con quienes me rodean y con las situaciones, también de ansiedad y momentos en los que la moral ha caído al suelo. La respuesta, un pensamiento único. Cuando me pillo en las malas, digo “Estoy aquí y ahora, Dios siempre está conmigo”. Por alguna razón, misteriosa todavía para mí, todo vuelve a la calma.

La invitación de hoy: Consigue la manera de combatir a tus pensamientos limitantes, solo así podrás permanecer en el presente y en consecuencia, con Dios.

Ps. Si no viste las preguntas, visita el artículo de ayer y ayúdame a mejorar este blog. Gracias.

Todo lo mejor para ti.-

Bilko