
Pero encontrar o identificar nuestras resistencias, no es una tarea tan sencilla y esto es porque, la mayoría de ellas, están ocultas tras capas y capas de excusas, las cuales esconden la razón única por la cual las esgrimimos. Es así como un sencillo “Es que no me gusta…”, puede estar ocultando un profundo miedo al fracaso o al rechazo.
Identificar nuestras resistencias es como pelar una cebolla. Es necesario ir capa por capa hasta llegar al centro y seguramente, también te hará llorar.
Hay veces en las que puedes tener suerte y encontrar la resistencia en el primer intento, pero esto es poco común. Para ello es necesario que seas brutalmente honesto contigo mismo y capaz de aceptar lo que a muchos nos cuesta aceptar. Es menester identificar y asumir el miedo que nos hace evadir la acción que necesitamos tomar para avanzar.
En este caso no se trata de no estar listos, es más bien, no querer.
Y no querer está bien, al final de cuentas, salir de la zona de confort es difícil. Nuestra mente se habitúa y luego, es complicado dejar esos hábitos, por negativos que parezcan. Es decir, nos habituamos a vivir con limitaciones que, muchas veces solo están en nuestra cabeza porque son creaciones de nuestra mente.
La invitación de hoy: Comienza por escribir tus “Es que…” de ahí tendrás que hacer un recorrido más o menos doloroso hasta llegar al meollo del asunto. Eso si, una vez allí, podrás percibir paz verdadera, tal vez, por primera vez en tu vida.
Todo lo mejor para ti.-
Bilko Castro Arias
[…] el artículo del día 27 de Abril de este mismo año, titulado “Más sobre la resistencia”, comentaba que identificar las resistencias era como pelar una cebolla, es necesario ir capa por […]