Mucho del estrés que cargamos en nuestros cuerpos, es ocasionado por las tensiones que creadas en nuestros propios cuerpos. Este hábito lo creamos, principalmente cuando estamos aprendiendo alguna nueva actividad y nuestro cuerpo reacciona de manera refleja, especialmente cuando se prepara para algo que pensamos va a ser doloroso.

Basta con prestar atención a nuestro cuerpo durante alguna actividad cotidiana.

Recientemente, logré identificar una enorme fuente de tensión que me causaba dolores muy molestos en la zona de mi cuello y hombros. Esta tensión era o mejor dicho, es, generada por la tensión de mis brazos y hombros a la hora de conducir. En lugar de tener hombros relajados, estos los mantenía contraídos y tensos. De seguro, no te será difícil comprender la situación, especialmente si manejas con regularidad.

Esta tensión es totalmente inconsciente, aprendida desde el principio.

El miedo a fallar o cometer algún error, hace que realicemos de forma relajada, una actividad que requiere mucha más calma de la que imaginamos. Esto es algo aprendido o mejor dicho, mal aprendido, desde el comienzo y que, de no haber generado consciencia, nunca hubiera conocido el origen de esos molestos dolores de espalda. Pero este es solo uno de los muchos reflejos que nos causan estrés sin darnos cuenta.

Las tensiones en el rostro, u otras partes de nuestro cuerpo, son pistas de muchas de las tensiones que cargamos encima.

La invitación de hoy: Observa tu cuerpo durante las actividades cotidianas, identifica las tensiones innecesarias y elimínalas, es sencillo una vez que sabes donde actuar.

Todo lo mejor para ti.-

Bilko Castro Arias