
Pues la verdad es que he aprendido que, para evitar caer en la trampa de las emociones, lo que tenemos que hacer es NO QUERER CAER EN ELLA, lo que complica el escenario ya que, a) nunca nos dijeron que podíamos salir de ella, por ende, no lo tenemos en nuestro radar como una posibilidad y b) hemos aprendido que, sin las emociones, dejamos de ser personas normales, seres humanos.
A pesar de estos dos enormes obstáculos, es necesario evitar caer en la trampa de las emociones.
Para querer evitar caer en la trampa es necesario comprender que todas las emociones, tanto las llamadas “positivas” como las llamadas “negativas”; no aportan al desarrollo evolutivo del SER. El primer paso es comprender que, si bien estas, funcionan perfectamente para sortear el “malla ilusorio” (del cual debemos despertar), no son tan beneficiosas cuando se trata de niveles superiores. Si, es un balde de agua fría, pero los seres superiores no son “felices” todo el tiempo. La felicidad es una creación de la mente humana, que es real, siempre y cuando estemos dentro del malla ilusorio.
Comprender esta nueva visión requiere de tiempo y de reflexión profunda.
Asimilar nueva información es una tarea compleja, más aún cuando esta, es contraria al sistema de creencias predominante. De cualquier forma, la única manera de hacerlo es dando la oportunidad para que nuestra intuición se manifieste por encima de la emocionalidad y de esta manera, experimentar la conexión plena con nuestra más íntima divinidad.
La invitación de hoy: Fluye en reflexión para que logres alcanzar la comprensión necesaria para la expansión de tu consciencia.
Todo lo mejor para ti.-
Bilko Castro Arias