
Sobre observar, ya he comentado bastante en publicaciones anteriores, aun así, es bueno recordar que la mejor manera de sortear las complicaciones y circunstancias, es convertirse en el observador, en lugar de ser el protagonista. Al convertirnos en observadores de nuestra vida, adquirimos una perspectiva más amplia, lo que, a su vez, nos otorga mayores posibilidades y alternativas de acción.
Observar es un ejercicio que hay que practicar continuamente de manera disciplinada.
Luego de convertirnos en observadores, corresponde avanzar con confianza. Esta parte es un poco más complicada, ya que el verbo confiar, no es uno que se nos dé, de manera natural. Sobre todo, cuando hay miedos aprendidos que controlan nuestro comportamiento. Miedos que únicamente se pueden superar, teniendo la certeza de logro por encima de las vicisitudes del camino. Eso que llamamos Fe.
Confiar sin ver, tener certeza de poder. Eso es Fe.
Pero esta fe, esta única y exclusivamente vinculada a las propias capacidades. No se trata de tener fe en cosas fuera de nuestro control. Por ejemplo, tener Fe en que otra persona hará tal o cual cosa, está totalmente fuera de lugar, ya que tendrías que ser esa persona para saber que decisiones tomará. No se trata de tener fe sobre asuntos ajenos o personas diferentes de nosotros mismos. Se trata de tener fe en nuestras propias capacidades.
La invitación de hoy: Confía en tu intuición.
Todo lo mejor para ti.-
Bilko Castro Arias