
Lo complejo de confiar en nuestra intuición, es saber cuándo nos habla. Es muy fácil confundirla con los pensamientos del ego, aquellos que solo se encargan de justificar las acciones o inacciones, expresadas mayormente, como una perorata mental de argumentos, a veces, unos más complicados que otros.
La intuición no nos engaña nunca.
Pero esa intuición, ese mensaje de nuestra divinidad, siempre tiene la razón, es la que se encarga de llevarnos por el camino que necesitamos recorren, por encima del camino que deseamos andar, el cual, dicho sea de paso, no siempre es el mejor para nuestro desarrollo.
La invitación de hoy: Aprende a diferenciar entre mente e intuición, esto significará un gran avance en tu desarrollo espiritual y personal.
Todo lo mejor para ti.-
Bilko Castro Arias