
Retomar la actividad, suele ser un poco pesado y para ser honesto, me hace sentir un poco fuera de orden. Se me hace complejo reiniciar esta línea de conexión, haciendo un esfuerzo por tratar de no ser reiterativo en temas ya tratados con anterioridad, cosa que, ciertamente es un poco desalentador también. Pareciera haber sido poco tiempo, pero los cambios han sido tantos que, al mismo tiempo, parece una eternidad, al menos, desde mi perspectiva como autor de los artículos en este blog.
La vida no es muy seria en sus cosas – Juan Rulfo.
Y es así como sentimos que tomamos la vida con seriedad. Vamos con ligereza, con poca seriedad, viviendo sin cargas y eso no está mal del todo, el detalle molesto es que lo hacemos como si en realidad nada ocurriera más allá de nuestra ya rutinaria vida, a veces amarga y complicada y otras, amable y divertida. La verdad es que estamos viviendo ligeros de atención, olvidando pronto lo aprendido y dejando de lado lo importante por lo ya rutinario y conocido.
No se trata de andar serios, tampoco de someternos al yugo de las circunstancias, sino más bien, superándolas con conciencia.
Es parte de lo visto en este tiempo sin escribir ni publicar. Es parte de lo que nos ocurre como civilización, sin escatimar en credos, razas, orígenes o nacionalidades. La vida nos obliga a aprender y nosotros nos empeñamos en olvidar. Si me encierran valoro la vida, pero una vez que puedo salir, se me olvida el valor aprendido. Parece una visión un poco pesimista sobre la humanidad, pero los hechos hablan por sí mismos.
La invitación de hoy: Haz una pausa en tu día a día y reflexiona sobre las cosas que pensaste durante el confinamiento, la consciencia que adquiriste y lo que te dijiste a ti mismo que cambiarías… ¿Cambiaste o retomaste tu cotidianidad antes del confinamiento? ¿Aprendiste o solo leíste en voz alta? Solo reflexiona.
Todo lo mejor para ti.-
Bilko Castro Arias