
Es un adjetivo muy utilizado en castellano para señalar algo idéntico o que no es otro más que ese, es por ello que al referirnos a alguna persona lo empleamos. Yo mismo, si, tú mismo, él mismo, etc. y es este adjetivo el que señala a la persona que es responsable por lo que te sucede a diario y por lo que ocurre alrededor de ti. Sí, adivinaste, mismo es quien hace que ocurra la magia y la no tan magia en tu vida.
Es la misma persona que ves en el espejo y que muchas veces no quieres reconocer, tampoco ayudar o tan siquiera mirar a los ojos. Tú mism@ eres quien para ser lo que eres y cambiar lo que gustes, nadie más ni nada más. Pero aceptar esta responsabilidad es un tanto complicado y es principalmente porque siempre es más sencillo culpar a alguien de lo que nos pasa, hacernos las víctimas y recibir de alguna manera el afecto o el apoyo de otros que nos rodean, esos que piensan que al cubrirnos la falta están ayudándonos a solucionar nuestros problemas. Nada más lejano a la realidad.

- A nadie le gusta que le indiquen como hacer las cosas ni mucho menos que está en un camino equivocado.
- Tampoco nos gusta cuando nos llaman víctimas, particularmente cuando estamos viviendo el drama de nuestras novelas mentales.
- Nos cuesta aceptar críticas, sobre todo cuando sabemos que son verdades.
- Tomarse las palabras de otros, de manera personal, es una práctica común para alimentar el “sufrimiento” que nos mantiene atados a una vida que, muchas veces solo es próxima al promedio.
Mírate, aprecia y aprende de ti mism@ para que esas historias de miedo y frustración no vuelvan a ocurrir, solo así tendrás la oportunidad de avanzar al siguiente nivel.
Todo lo mejor para ti.-