
Es todo lo contrario a incertidumbre, es cuando sabemos, más allá del conocimiento mental, que todo va a estar en perfecto orden y traerá beneficio a todos. Pero tenerla o verla no es tarea sencilla, nuestros egos se encargan de elaborar escenarios que nos invitan a dudar y en consecuencia a vivir emociones como el miedo o la tristeza.
La certeza es como la luz que nos guía a través de las dificultades, la llamamos esperanza y nos ayuda a mantenernos en el camino de la felicidad.
La duda sobre los resultados, especialmente aquellos que dependen de nosotros, aparecen cuando nos alejamos de la confianza en nuestras capacidades y de la bondad de Dios, cuando pensamos que nuestros planes y pensamientos son mejores que las lecciones que nos corresponde aprender.
La invitación de hoy: Identifica tu mayor conflicto, concientiza respecto a la situación y evalúa los pro, esas cosas que esperamos sean como nosotros deseamos y aprendizajes, las cosas que salen de una manera distinta a nuestros planes y deseos. Enfócate en las lecciones y decide avanzar con la certeza de que ese “revés” es para el mayor beneficio.
Todo lo mejor para ti.-