Resistir al cambio.

El primer paso es reconocer que hay resistencia.

La resistencia natural a dejar el área de confort no siempre se ha manifestado de la misma manera, algunas veces somatiza en forma de malestar físico (gripe, dolores en coyunturas, alergias) en otras el malestar es de carácter el cual se manifiesta en ofuscación, frustración, rabia, incluso tristeza. Todos excelentes disfraces del ego que nos permite crear argumentos excusas para permanecer en lugar de avanzar.

Las mayores penas de la vida aparecen cuando nos resistimos al natural avance de nuestra condición humana.

He creado estructuras de disciplina que me hacen actuar de una determinada forma, pero esta disciplina se extrapola a todo mi actuar, muchas veces impidiéndome hacer cambios que me permitan salir de lecciones puntuales o de situaciones cíclicas.

La invitación de hoy: Comprender la resistencia es complejo, tanto como le cuesta a un adicto admitir su enfermedad. Comienza por la aceptación de la existencia de la resistencia y todo comenzará a fluir de una mejor manera.

Todo lo mejor para ti.-

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