
Cuando siento una molestia en el cuerpo, mi mente comienza a divagar entre las posibles causas de la dolencia. Curiosamente, mientras más pienso, más se agudiza el malestar, generando a su vez la espiral negativa de pensamiento/emoción, es decir, aquella que genera pensamientos que alimentan emociones que no favorecen la recuperación.
Conocer la(s) causa(s) de alguna situación “problemática”, alivia el estrés y en consecuencia, propicia el bienestar y la calma de pensamiento para hallar las soluciones.
Lo mismo ocurre con las situaciones “problemáticas”, mientras desconozca o incluso, ignore las causas, la mente se encargará de generar pensamientos que alimenten la angustia, alejándome así de las soluciones inmediatas del “problema”. Es por ello que el día de ayer invitaba a identificar las causas de la situación, las cuales siempre están bien identificadas por los pensamientos de baja vibración en los que nos sentimos cómodos.
La invitación de hoy: Si tienes algún “problema” comienza por: 1. Llamarlo lección, 2. Identificar los pensamientos que la generaron y 3. Sin ansiedad, es decir, cumpliendo el 2do paso, buscar activamente la solución.
Todo lo mejor para ti.-