
Bien es conocido, al menos por quienes hayan leído un poco temas de crecimiento personal o estén en algún camino espiritual, que alcanzar y más aún, mantener la paz interior es un ejercicio disciplinado de auto-observación y no de control como se pudiera pensar. El control genera estrés ya que, aunque creamos que sí, la verdad es que no controlamos nada y mucho menos nuestras emociones.
En momentos de espera es menester centrar el pensamiento para evitar la aparición de emociones alteradas.

Algunos elementos que nos indican que no estamos en paz, como sucede a muchos en Venezuela, son: La necesidad imperiosa de estar informado (Yo quiero/necesito saber = ego), El ansia de informar a los demás lo que sé (Yo soy indispensable o soy más bondadoso = ego), el reenvío compulsivo de información (Yo soy indispensable, mírenme = ego), la incontinencia de opinión (Yo soy el que más sabe = ego), La paranoia que me mantiene encerrado (miedo racional o no = ego). No argumentes que no eres tan así y que si, ¿quién dice que no hay que estar informado? En verdad se trata de observar cuando estamos cayendo en el exceso, al punto de perder la paz interior.
La invitación de hoy: Observa tu comportamiento y date cuenta en la manera y las situaciones que hacen que tu paz interior se desvanece. Para retomarla canaliza la emoción hacia algo de tu preferencia, Deporte, caminatas, bicicleta, nado, playa, montaña, música, baile, algo que conduzca la energía hacia algo positivo, que te ayude a centrar tu mente para el siguiente evento. Solo así, centrado, lograrás aportar de manera asertiva.
Todo lo mejor para ti.-