
El ser humano está diseñado para adaptarse permanentemente a los cambios de su entorno, sin importar la velocidad en que estos ocurran, la cantidad de veces que deba cambiar o la intensidad de la frecuencia, siempre hay una manera de sobrellevarlos, bien sea ignorándolos, enfrentándolos o evadiéndolos.
La paz interior no es una consecuencia de la quietud externa, sino todo lo contrario.
Adaptarse a nuevas formas de hacer las cosas es una tarea complicada, ya que requiere el desapego de los hábitos existentes y desacontumbrarse (no desaprender, esto es imposible), requiere en la mayoría de las veces, un esfuerzo muy grande.
La invitación de hoy: Date cuenta de si eso que llamas adaptación al cambio te hace sentir en paz o por el contrario, te lleve al pesar. Luego toma la decisión por el bien mayor, el cual necesariamente involucra a tu felicidad.
Todo lo mejor para ti.-