
Es muy sencillo perder la paz por estímulos externos y esto sucede porque no asumimos la responsabilidad de cuidarla y preservarla, permitimos que cualquier elemento nos la robe, queremos caer bien o no incomodar a quienes nos rodean y para ello, sacrificamos nuestra paz. Otra manera de perderla es queriendo controlar a otros al imponer nuestros deseos de acción o inacción para con ellos, esto sucede mucho con los hijos.
Cuando aprendí que mi paz es lo único que poseo y que, al mismo tiempo, al poseerla, estoy en conexión con Dios, entonces decidí no alejarme de ella.
Dejar de querer tener la razón o controlar a los demás es lo más complicado de hacer y en consecuencia esto nos lleva a pensar que mantener la paz interior es difícil, lo que en sí mismo es una excusa para no asumir la responsabilidad de mantenerla.
La invitación de hoy: Asume el control de tu vida, asumiendo la responsabilidad de tu paz interior, cuídala y protégela ya que es el tesoro más preciado que posees.
Todo lo mejor para ti.-
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Todos la necesitamos. Gracias