Percibiendo.

Dios siempre está, aunque no lo parezca.

Ya he venido comentando la diferencia entre percibir y sentir. Sé que no es un tema sencillo de comprender, mucho menos de asimilar, cuando la manera de hablar así lo “determina”. Pero lo cierto es que percibir lo que hay en mi interior es una experiencia difícil de describir. Estoy seguro que te ha ocurrido en algún momento, cuando has sentido la presencia de Dios a tu lado, frente a ti o mejor aún, dentro de ti.

Estar en presencia de Dios es una experiencia abrumadora, una que no se puede describir con palabras, aun así, deja una mezcla de sensaciones que incluyen las respuestas a todas las dudas que hayamos tenido hasta ese momento.

Pero no hace falta estar en algún lugar sagrado o estar en estado de meditación para percibir la presencia de Dios. Valga decir que siempre está, siempre responde y siempre nos guía, pero los egos y el ruido de los pensamientos hace que no escuchemos, alejándonos de la percepción de lo que llevamos dentro. Y si, voy a repetir, los pensamientos no son del presente y es allí el único espacio/tiempo en el que podemos percibirlo.

La invitación de hoy: A partir de hoy, está más atento de ti y lo que piensas, solo así podrás estar en el presente. Ya habrás leído en este blog, algunas maneras de cómo lograrlo.

Todo lo mejor para ti.-

Bilko

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