Prosigamos con la materia pendiente, profundizando un poco más y poniéndonos al día con lo que viene ocurriendo en estos tiempos complejos en los que algunos, hemos tomado la decisión de SER diferentes e ir contra-corriente. Así es, en contra de lo que a la luz de muchos es normal y verdadero. Desde el “trabajo duro” hasta el corona virus, todo está en un punto en el que cuestionarlo puede generarnos (a quienes hemos decidido mirar más allá) una situación particularmente compleja.

Si, creemos en teorías de conspiración mundial y en el control de las masas por parte de un pequeño grupo de seres.

Pero hay de todo. Incluso hay quienes creyendo en tonterías como el “terraplanismo”, se llaman despiertos, cuando en realidad lo que hacen es contravenir realidades comprobadas de todas las formas posibles. Es aquí donde la verdad sobre el despertar de consciencia se hace confuso y aleja a quienes, siguiendo un llamado interior muy poderoso, se acercan con interés genuino, pero al tener un carácter débil y poco entrenado, la mente les hace el juego y propicia el alejamiento de la información que tanto han estado buscando. Pero no nos desviemos, que este tema es complicado de explicar.

Mientras, se consciente de que es necesario comenzar a fortalecer el carácter.

Antes de continuar, permíteme dejar algo en claro. Despertar no es algo que ocurre de la noche a la mañana, como todo en material holística y espiritualidad, se trata de un proceso que requiere de atención y disciplina (creo haber mencionado esto varias veces a lo largo de las publicaciones pasadas) en cantidades muy grandes, sobre todo de atención para poder apreciar los avances, ya que, en este camino no hay quien nos evalúe y nos dé una palmada en la espalda para hacernos saber que vamos bien. Si se cuenta con la guía y acompañamiento de algún maestro de confianza, bien, pero este solo será eso, un acompañante ya que de seguro también estará en su proceso de despertar. Esto último es algo que da argumento a los escépticos que promueven el pensamiento mágico, ese que nos hace creer que las soluciones aparecen y ya.

No hay magia, solo trabajo disciplinado de consciencia.

Solemos asociar el crecimiento espiritual con cosas como la escuela, es decir, que ascendemos porque cerramos un ciclo y recibimos un diploma o algo parecido. Si bien esto puede que ocurra, la verdad es que, en este plano, el trabajo espiritual y de consciencia, nunca termina y pasar de grado, es determinado únicamente por las situaciones que no vamos a repetir porque aprendimos la lección. No hay actos, ni fiestas, solo un camino aparentemente infinito por recorrer. De esta forma, frases como “es que he trabajado mucho en mí y todavía me siguen pasando cosas…”, se repiten en muchas escuelas (reiki, TRE, Constelaciones familiares, Yoga, masonería, catolicismo, evangelismo, etc…), por personas que se agobian al no encontrar salidas a sus predicamentos y que van de escuela en escuela buscando una solución mágica.

A veces, lo que no encontramos en un lenguaje que resuene con nuestro verdadero sistema de creencias.

Mientras eso no ocurra, estaremos vagando sin rumbo fijo hacia el destino que nos espera, si, el destino es el mismo para todos, pero los caminos son más o menos complicados y llenos de problemas en la medida que no seamos conscientes de que se está en un camino y que este debe ser recorrido sin pesar. Entonces, corresponde expandir nuestra mente y dejar de lado muchas creencias con el fin de permitir el acceso de nueva información, esa que te abre camino a nuevas y mejores realidades.

La invitación de hoy: Permítete conocer lo nuevo, sin juicios.

Todo lo mejor para ti.-

Bilko Castro Arias