
Es lo que corresponde luego de estar en el presente. Pero debo reconocer que eso de fluir cuando la emocionalidad está presente es muy complicado. Está nos hace justificar el sufrimiento como algo normal (ojo y es normal bajo ese esquema), haciéndonos ser víctimas de las circunstancias. Si no me crees, ubícate en la posición de alguien que asiste a una clase de yoga con la finalidad de relajarse y al final el instructor dice algo como: “Fluye con tu ser” y de pronto en tu cabeza aparecen cosas como la deuda de la tarjeta de crédito, el problema con la maestra del cole, entre muchos otros ejemplos. Con eso en mente, eso de fluir, como que no va.
La emocionalidad nos saca del presente, y fuera de este, es muy difícil fluir con las circunstancias, las cuales, dicho sea de paso, ya tienen su solución.
De lo anterior la importancia de estar en el presente. Si, ya se que es latosa la repetidera, «vive en el aquí y el ahora». Esta frase se ha convertido en un cliché, tal vez, una de las más empleadas por quienes practican disciplinas holísticas, algunos pocos con el ejemplo y otros muchos, como discurso para captar adeptos (dicho sea de paso, parecieran ser la mayoría, de ahí que se haya convertido en un cliché). Lo cierto es que, personalmente he visto que es posible fluir, pero fui capaz de hacerlo, solo cuando pude dejar de lado mis emociones y con ellas, mis pensamientos sobre lo que sucedió o lo que está por suceder (que casi nunca ocurre).
La invitación de hoy: Fluye con las circunstancias que la solución ya está frente a ti, solo debes correr la cortina que representan tus pensamientos y las emociones que estos disparan.
Todo lo mejor para ti.-
Bilko Castro A.
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Vamos a ello. Gracias