Lo que he escrito esta semana es solo un atisbo que pretende hacer la introducción a un mundo totalmente nuevo de información, lleno de explicaciones a temas hasta ahora considerados misterios y en el mejor de los casos milagros. Digamos que estamos a punto de entender cosas que siempre han estado en nuestro alrededor, pero no teníamos maneras de comprenderlas. Desde la desaparición de los Mayas, hasta los grandes secretos de las pirámides, eso por decir lo menos complejo.

Si una persona hace dos mil años hubiese visto un avión, le hubiera llamado pájaro de hierro, si un humano hoy ve un ser de luz, le llama ángel.

Cada nivel de consciencia va atado a un nivel de conocimiento y en la medida que este avanza hacia nuevos descubrimientos, más milagros van teniendo explicación. Lo bueno de todo esto es que, a medida que más aprendemos, más nos damos cuenta de lo poco que sabemos sobre el universo en el habitamos y su correlación con toda la creación.

Para aprender más solo es necesario tener ganas de hacerlo.

No pasa nada si esta información choca con tu sistema de creencias o si te parece descabellada y algo sacado de las fantasías metafísicas que han venido inundando el planeta desde hace poco más de 40 años. Al final, como escribí a principios de la semana, todos estos caminos que parecieran ser paralelos, terminan convergiendo en un mismo destino que no es otro que la conexión con el creador, sea como sea que creas, sientas o pienses del él/ella.

Pero toda información es valiosa, en tanto y en cuanto aporte claridad a las sombras que nublan nuestro conocimiento.

La invitación de hoy: Abre no solo tu mente, sino también tu corazón, ya que puede que haya algo en todo este tema que te acerque un poco más a la verdad que andas buscando desde hace tiempo, tu propia verdad.

Todo lo mejor para ti.-

Bilko Castro Arias