La parte latosa.

la parte latosa
La excelencia se logra con la práctica disciplinada. Esto aplica para todo.

Si un fastidio la repetidera, así como es un fastidio la disciplina. Pero, de eso se trata, de repetir hasta lograr. No importa cuantas veces lo diga, no podré dejar de decirlo hasta que perciba que hemos avanzado (como humanidad). Por supuesto, tampoco podré dejar de decirlo hasta que, yo mismo haya alcanzado el nivel descrito y perseguido. El nivel en el que la conexión con Dios no solo sea directa, sino continua y como dicen en el argot radial, le escuche, fuerte y claro.

Disciplina, es hacer lo que tengo que hacer, aunque no quiera hacerlo.

“La disciplina tarde o temprano vencerá a la inteligencia”, reza un antiguo proverbio japonés, muy difundido desde hace unos años por el conferencista colombo/japonés Yokoi Kenji. Pleno de profunda sabiduría nos invita a ser disciplinados a hacer lo que hay que hacer, cuando hay que hacerlo y esto es, precisamente, lo que hacen quienes alcanzan el “éxito” en sus respectivas disciplinas. No me refiero al éxito económico precisamente, ya que este es solo la consecuencia del trabajo dedicado, a veces por décadas.

Alcanzar el éxito no es cuestión de suerte o casualidad. Es la suma de muchos factores, entre ellos, el ejercicio de la práctica disciplinada de una actividad específica.

Ahora bien, a que viene toda esta charada de la disciplina si estamos hablando de conversar con Dios. Pues bien, viene del hecho cierto que para hacer eso de conversar, tenemos que practicar. Si, no basta con orar ya que eso es en un solo sentido, aunque haya quienes aseguren hablar con Dios, lo cual seguramente es cierto, pero tendría que preguntarles, por cuanto tiempo lo han hecho y de que manera. La respuesta seguramente sería algo como, “pues yo oro todos los días a tal hora en tal lugar”, lo que se traduciría como una acción disciplinada.

Todo nuestro actuar requiere disciplina.

No es cuestión de asar o de dones, si bien alguno de nosotros puede contar con un talento para la música, el deporte o hablar con Dios, es algo que todos podemos hacer, solo que habrá quienes requieran algo más de esfuerzo, tal vez no en orar, pero si en superar a sus propios egos y creencias limitantes.

La invitación de hoy: Recuerda siempre, si deseas alcanzar algo, por latoso que parezca, has de ser disciplinado en la práctica. Incluso si se trata de hablar con Dios.

Todo lo mejor para ti.-

Bilko Castro Arias

QAnon

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