Sabemos que ha comenzado un nuevo año y la mayoría tiene su atención en la recuperación de la normalidad, los viajes, las reuniones grupales, el trabajo en la oficina. Los motivos son, como siempre, inmensamente variados, pero todos ansían retornar a lo que era normal. De cualquier manera, queriéndolo o no, hemos querido mantener algo de esa normalidad bajo la cual vivíamos sin darnos cuenta que nos corresponde cambiar, rápida y radicalmente.
Estamos habituados a un ritmo de vida que necesitamos cambiar con prontitud.
Ya sea que estemos en movimiento, como estacionados, generamos una fuerza llamada inercia. Esta fuerza, cuya definición está incluida en las leyes de Newton, nos indica la propiedad de los cuerpos en mantener su estado relativo, de esta manera, un cuerpo en reposo tenderá permanecer en reposo y uno en movimiento, tenderá a permanecer en movimiento.
La inercia es la que hace que nos cueste comenzar a hacer lo que necesitamos hacer.
Vencer la inercia requiere de una fuerza de igual magnitud o superior. Es decir, salir del estado de pereza requiere de una motivación superior a la que nos motiva a detenernos, lo mismo aplica en sentido contrario. De esta forma y aterrizando en algo más cercano, si comenzamos el año trabajando, pues será difícil que nos detengamos y si estamos en reposo, de vacaciones o desconectados de nuestra realidad laboral, entonces reiniciar será toda una proeza.
En estos momentos ¿Trabajas o descansas?
La respuesta te indicará que es lo que necitas comenzar a hacer de inmediato. Si estás descansando, ponte en acción y si estas trabajado, entonces acelera. No hay tiempo que perder, el año ha iniciado y las condiciones se mantienen. Es tiempo de hacer cambios de hábitos, de conductas y actitudes para que podamos avanzar de manera más efectiva y eficiente sobre las circunstancias.
La invitación de hoy: Identifica cual fuerza de inercia te mantiene y luego actúa e consecuencia.
Todo lo mejor para ti.-
Bilko Castro Arias
CONEXIÓN PERMANENTE. 