Si buscamos el término de “espiritualidad” en internet, conseguiremos un poco más de 46 millones de resultados, es decir, una cantidad ingente de información, diría más bien, abrumadora. Es como si cada quien tuviera un entendimiento de la palabra. Pero en este espacio, prefiero quedarme con el concepto filosófico de los practicantes del budismo Zen, en el que se concibe la espiritualidad como la “Unidad de los opuestos”, es decir, un espacio donde todo es parte de la unidad.

Tanto lo positivo como lo negativo y/o lo iluminado y lo oscuro, sea cual sea la confrontación, es parte de la unidad.

Siendo esta una realidad, sin pretender que sea la única, entonces el camino de la espiritualidad termina siendo, el reconocimiento de esa unidad en nosotros mismos, a través de identificar nuestras luces y nuestras sombras. Pero a ninguno de nosotros, nos gusta ver lo malo en sí mismos y en la mayoría de los casos, nuestros egos no nos permiten ver lo bueno que tenemos, entonces, nos pasamos el tiempo, atrapados en los espejismos de la mente.

La mente nos mantiene ocupados buscando señuelos y nos hace creer que somos lo que creemos ser.

Y son estos mismos señuelos los que nos trazan un camino de auto-conocimiento, un poco extraño, tanto que nos hace mirar el mundo desde una óptica egoísta y a decir verdad, un tanto limitada. Es en este punto donde comienza el camino del crecimiento espiritual. Un punto en el que todo es confuso y del cual, es bastante sencillo escapar, al menos temporalmente. Lamentablemente para los egos, una vez iniciado el camino de expansión de la consciencia, es imposible para ellos, detenerlo, aunque no, obstaculizarlo.

La invitación de hoy: Define que es espiritualidad para ti. Esto te ayudará a alcanzar un poco más de comprensión sobre el proceso que hasta ahora has venido experimentando de forma inconsciente. Si es el caso que ya conoces sobre la materia, profundiza sobre el tema y revisa con cuidado que no estés en una ilusión creada por los egos, en especial el morado.

Todo lo mejor para ti.-

Bilko Castro Arias