
El camino de la consciencia está pleno de tentaciones, pero no como las que describe la iglesia, en las que pecamos por hacer o dejar de hacer, sino de aquellas que nos invitan a mantenernos en estados bajo de consciencia que no permiten el crecimiento hacia un mejor SER. Por ejemplo la tentación de ser víctimas de las circunstancias o personas, mantenernos en el miedo, la arrogancia y la soberbia, entre muchas otras. Si bien se parecen a los pecados Sigue leyendo
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