De vez en cuando sentimos que alguien más nos necesita, pensamos o mejor dicho, tenemos un fuerte deseo de conectarnos con alguien en particular, un amigo o amiga, alguien con quien hayamos tenido una fuerte relación, un pariente y en ese profundo deseo de conexión, sentimos que ese alguien nos necesita o que le haríamos bien el prestarle algún apoyo con nuestra presencia.

En algunas ocasiones, al hacer la llamada o la visita, quien termina recibiendo el apoyo o encontrando la solución a una situación particular somos nosotros mismos. Entonces cabría la pregunta ¿tenemos el poder de saber cuándo alguien no está del todo bien? De ser afirmativo, eso nos convertiría en telepatas, capacidad que todavía no desarrollamos. Aun así, no deja de sorprender lo asertivos que somos algunas veces ¿no es así? Pero respondiendo la primera pregunta, pudiéramos decir que al entrar en sintonía con alguna emoción o sentimiento, establecemos la conexión con aquellos que tenemos más cerca en nuestros corazones y están en la misma frecuencia, lo que hace que parezca un milagro esa llamada o visita, muchas veces inesperada por quien la recibe. Es como si fuéramos unos radios y al sintonizar la frecuencia adecuada en nuestros corazones entramos en consonancia con seres cercanos que sienten lo mismo. Ante lo anterior cabe destacar que

• Las coincidencias ni los accidentes existen, siendo así, la magia tampoco, solo hay cosas que no comprendemos todavía.
• Es bastante probable que esa persona que viene a nuestra mente, tal vez requiera de nuestro apoyo, pero no dejes de lado la posibilidad de que tú estés sintonizado con sus sentimientos.
• Cuando estamos en consonancia con el servicio a los demás, nos estemos ayudando, casi siempre a darnos cuenta de nuestros propios temas.
• Si nos ayudamos al ayudar a otros, entonces está abierto a recibir pues esa ayuda proviene directamente de la fuente.

Dios está permanentemente atento a nuestros requerimientos y se manifiesta a través de nuestra intuición e impulsos, es aquí cuando corresponde fluir con ellos. ¿Qué cómo diferenciamos a Dios de nuestro Egos? Fácil, él no se anda con rodeos ni explicaciones, el ego sí.

Todo lo mejor para ti.-