
Luego que aprendí a celebrar mis victorias, quise más y por supuesto no fue posible, aparecieron los miedos, las quejas y el saboteo interno que poco a poco, argumento tras argumento fueron alejándome de la alegría. La pregunta fue automática – ¿Cómo hago para mantenerme en esa zona feliz y alegre, esa zona de logro?
La responsabilidad de mis emociones compete únicamente a mis pensamientos. Ellos me conectan tanto con el éxito o el fracaso, la alegría o la rabia.
La invitación de hoy: Ubica algún momento de éxito cercano o lejano, conéctate con esa emoción para generar pensamientos de logro, ahora de manera consciente, mantente en tu zona de celebración, recuerda, es una decisión.
Todo lo mejor para ti.-