A nadie le gustan los malos recuerdos, pero ¿cómo aprendería si no fuera por ellos? A veces me invaden memorias de las cosas que hice y no me gustaron, la verdad es que me arrepiento de haberle fallado a tantas personas y  de la mayoría de los momentos incómodos, aunque admito que en cada quien tuvo razones muy válidas para sentirse decepcionados, pero yo también tuve las mías para actuar de la manera en que lo hice y estas también son válidas.

Siempre he estado y estoy dispuesto a aprender y hoy con más consciencia, sigo estando con ganas de mejorar lo que pueda SER.

Los malos recuerdos se hacen pesados cuando me hacen sentir culpa. Hoy comprendo que la culpa no ayuda a ninguna de las partes porque genera una carga emocional que desgasta y me mantiene atado al pasado, impidiéndome vivir el presente de cara al futuro.

La invitación de hoy: Haz lo que sea menester para soltar las cargas emocionales pero no los recuerdos, por malos que parezcan, siempre dejaron enseñanzas que te han hecho más sabio.

Todo lo mejor para ti.-