
Si aprendemos a través de sus emociones, entonces es vital que las vivamos hasta superarlas, por ejemplo, vivir a profundidad la tristeza o la rabia que sentimos al “perder algo o alguien”, por nombrar dos entre las que contienen más enseñanzas, principalmente sobre nosotros mismos, así mismo la alegría y el entusiasmo, que también contienen lecciones, pero como bien sabemos, aprendemos más de los fracasos que de las victorias.
Cada emoción superada nos deja la sensación de victoria sobre la adversidad.
Esta victoria se traduce en mayor consciencia del SER que en realidad somos, ese que se va descubriendo al ir quitando las máscaras construidas por el ego e impuestas por las creencias de falsas verdades aprendidas.
La invitación de hoy: Vive tus emociones dándote cuenta de lo que sientes y luego racionaliza esa emoción, es decir, encuentra el sentido de estar triste o furioso.
Todo lo mejor para ti.-