De donde soy, hay un dicho que reza “Para atrás, ni para coger impulso”, aludiendo a que, lo mejor es no devolverse, sino seguir adelante. Esto está muy bien, al final, nadie quiere retroceder sobre sus pasos, a decir verdad, pocos tienen la valentía de enfrentar sus errores. Pero más allá de esto, a veces es bueno, no retroceder del todo, sino hacer un alto para poder mirar el camino andado y apreciar el recorrido sobre el cual se ha avanzado.

Nada más gratificante que ver el camino recorrido y apreciar lo que hemos avanzado.

Muchas veces, nos desesperamos, caemos en reproches innecesarios por pensar que hemos tomado malas decisiones o que lo hemos hecho de manera inoportuna, sobre todo cuando luego de haber iniciado un camino, aparecen los respectivos obstáculos y las desavenencias. Esas que nos ponen de mal humos, que nos hacen perder la paciencia y en los casos en que no nos encontremos lo suficientemente fuertes, nos hacen renunciar.

Los reproches y autocríticas son una reacción natural de los egos.

Y es gracias a estos, que en la mayoría de las ocasiones no nos damos cuenta de nuestros avances, lo mucho que hemos avanzado y crecido, de en quienes nos hemos transformado al haber recorrido la senda elegida. Estamos tan inmersos en el camino que se nos olvida levantar la cabeza, no para tratar de ver más allá del horizonte, sino para mirarnos a nosotros mismos y porque no, darnos una palmadita en la espalda de felicitación y más importante aún, de agradecimiento.

La invitación de hoy: Solo por hoy, haz una pausa y aprecia tu transformación, quien eras cuando iniciaste y quien eres hoy. Que eras capaz de hacer y que eres capaz de enfrentar, gracias a lo aprendido. Regocíjate en tu crecimiento y disfruta un instante, reúne fuerzas y retoma el sendero que escogiste.

Todo lo mejor para ti.-

Bilko Castro Arias