
Los pensamientos sobre el futuro no son menos complejos de identificar que los del pasado. Estos nos hacen caer en una trampa muy engañosa. Esta trampa es conocida con el nombre de “Esperanza”. Así es, la ilusión que el futuro será tal cual como lo deseamos. A pesar que la esperanza es algo muy positivo y favorable, particularmente cuando no nos sentimos del todo bien, estos espejismos puedes convertirse en un verdadero problema cuando esas esperanzas no satisfacen nuestras demandantes expectativas.
Como ya habrás podido deducir, el futuro, al igual que el pasado, ya no existen.
Estos encantamientos sobre el futuro aparecen de manera imperceptible, llevándonos a vivir historias que tienen pocas (por no decir, ninguna) probabilidad de materializarse. Pero el verdadero problema con los pensamientos sobre el futuro es que cualquier cosa puede detonarlos. Acá no es tan sencillo darse cuenta que se está perdido en un mundo que aún no existe.
Estos pensamientos hay que atraparlos lo antes posible.
En mi caso personal, hasta ahora he podido identificar estas fantasías, solo después que tengo algunos minutos divagando en cosas que quiero hacer o que deseo que sucedan. Una vez identificado el pensamiento, desvío mi atención hacia el presente, prestando atención al mundo que me rodea, evitando emitir juicios de valor, es decir, sin enunciar adjetivos que califiquen lo que estoy observando.
Observar sin juicio es una manera alejarnos de pensamientos que no corresponden con el momento presente.
Como he reiterado en incontables oportunidades, los pensamientos son incontrolables, más no así la atención que pongamos a ellos. En tal sentido, tenemos la capacidad de ubicarnos en el presente siempre que así lo deseemos.
La invitación de hoy: Mantén la esperanza, pero no te pierdas en la ilusión de eventos que probablemente jamás ocurran. Vive el presente sin expectativas de futuro.
Todo lo mejor para ti.-
Bilko Castro Arias
Reblogueó esto en EL ECO DE TUS PALABRASy comentado:
Gracias.