
Estar en el presente puede tener también sus complicaciones. Esta situación, como es fácil deducir, puede verse influenciada por nuestros pensamientos que crean un espejismo que nos hace creer que estamos siendo conscientes de la realidad, cuando la verdad es totalmente contraria a ese hecho.
Los egos están activos y atentos a las distracciones, en especial el morado.
Hace tiempo conté una anécdota ocurrida durante una de las clases del área filosófica del Centro de Estudios Kardem. Sucedió que, mientras cada uno de los participantes de la clase comentaba sus experiencias con los trabajos asignados, una de mis compañeras hizo el siguiente comentario “… Estaba tanto en el aquí y el ahora que hasta el arroz se me quemó”. Muchos asintieron, pero el instructor confirmó mi pensamiento al decir, – “… Si se quemó el arroz entonces no estabas en el momento presente…”.
Estar en el momento presente dista mucho de permanecer absorto en una idea.
Cuando verdaderamente alcanzamos el presente y todos los estímulos del entorno captados por nuestros sistemas de percepción, pueden ser procesados, entendidos y valorados en su justa medida. Incluso nuestra intuición adquiere un alto nivel de sensibilidad, permitiéndonos percibir nuestra divinidad, sin la necesidad de entrar en estado de meditación.
Entonces si estamos en el aquí y el ahora, no es posible dejar de percibir todo lo que ocurre a nuestro alrededor, en otras palabras, el arroz no se quema.
Si, se que no es sencillo de asimilar, incluso si has logrado tener la experiencia. Pero lo cierto es que si se puede lograr este nivel de percepción que nos permite avanzar de forma acelerada en el proceso de la expansión de nuestras respectivas consciencias.
La invitación de hoy: No te distraigas, ya sabes que observar.
Todo lo mejor para ti.-
Bilko Castro Arias
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Ok. Gracias